lunes, 5 de abril de 2010

La verdad que permanece: Dios.




La verdad que permanece…

El Dios precioso de maravilloso esplendor
hizo todo el universo enlazado en su amor
y al contemplar tal hermosura, tierno observó
su poema más perfecto, el hombre, y suspiró.

Pero, vino a entorpecer la maldad con su fiera
la comunión Dios y hombre absoluta belleza…
El plan divino parecía en aquel momento malogrado.
La cruel realidad mostraba al hombre en pecado.

¿Qué hacer? ¿Dónde ir? Sin salida…iba a morir.
Desde entonces los humanos se preguntan: ¿por qué?...
No entienden, no comprenden, siempre hay un para que…
El de aquel momento era una palabra: Jesucristo.

Y su hora llegó con su obra…
La promesa: “…todos los que en él creyeren recibirán perdón de pecados por su nombre…” (Hechos 10:43)
La verdad: “…el que tiene al Hijo, tiene la vida…” (1° Juan 5: 12)

¡Qué difícil para algunos!
¡Qué fácil para otros!
Una gran contrariedad
que sólo tiene un sentido, la verdad…

Pase lo que pase, todo tiene un para qué…
Somos propósitos que Dios quiere cumplir.
¿Cómo?... ¿Cuándo?... ¿Por qué será?...
No es hora de saber…

Silvia Roxana Leys

Viktor Frankl dijo:


“Por primera vez en mi vida comprendí la verdad vertida en las canciones de tantos poetas y proclamada en la sabiduría definitiva de tantos pensadores. La verdad de que el amor es la meta última y más alta a que puede aspirar el hombre. Fue entonces cuando aprendí el significado del mayor de los secretos que la poesía, el pensamiento y el credo humano intentan comunicar. La salvación del hombre está en el amor y a través del amor. Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad, aunque sólo sea momentánea -si contempla al ser querido…”